Carrilleras de Cerdo al Vino Tinto

Carrilleras de Cerdo al Vino Tinto
Categoría: Carnes
País: España
Dificultad: Medio
Porciones: 4
Tiempo Total: 1 hora

Ingredientes

  • 1 ,600 gramos  carrillera cerdo ibérico

  • 2 cebollas

  • 4 dientes ajo

  • 1 pimiento rojo

  • 1 pimiento verde

  • 4 zanahorias

  • Botella Vino tinto buena calidad a ser posible

  • 1 litro caldo de carne

  • Harina de trigo

  • Sal

  • Pimienta negra molida

  • Aceite de oliva virgen extra

  • Romero

  • Patatas (guarnición)

Paso a Paso

  • Partimos de unas carrilleras sin hueso ni grasa, bien limpias. Podemos pedir a nuestro carnicero que nos las prepare o hacerlo nosotros en casa. Por lo general se comercializan sin hueso así que, si no nos las limpien en la carnicería, tendremos que retirar los restos de telillas y grasa externa con un cuchillo afilado.
  • Salpimentamos las carrilleras por ambos lados y las pasamos por harina, sacudiendo entre las manos para retirar el exceso.
  • Calentamos un  poco de aceite en una olla a presión y marcamos las carrilleras a fuego fuerte. Retiramos y reservamos.
  • Pelamos los dientes de ajo, las cebollas y las zanahorias y picamos estas dos últimas verduras.
  • Calentamos un poco más de aceite en la olla a presión  y marcamos las carrilleras a fuego fuerte. pochamos todas las verduras durante 10 minutos
  • Regamos con el vino tinto y dejamos reducir, a fuego fuerte, para que se evapore el alcohol.
  • Incorporamos las carrilleras el caldo de carne y el romero, ajustamos el punto de sal y pimienta.
  • Deja que se cuezan a fuego suave durante un mínimo de 1 hora y media. Comprobaremos el punto de vez en cuando y cortaremos cuando las notemos tiernas.
  • En cualquier caso, cuando las carrilleras estén listas las retiramos de la olla o cacerola y trituramos bien las verduras para hacer la salsa. Devolvemos las carrilleras a la olla y le damos un último hervor con la salsa esté triturada.
  • Servimos las carrilleras con la salsa por encima.
  • De acompañamiento yo he apostado por unas patatas cortadas en dados, pero se le puede añadir, arroz, puré de patata. ¡Espero que os guste!

Resumen

Carrilleras de Cerdo al Vino Tinto: Un plato lleno de sabor y tradición
Las carrilleras de cerdo al vino tinto son una de esas recetas que combinan a la perfección tradición, sofisticación y un profundo sabor. Este plato se ha ganado un lugar especial en la gastronomía por su capacidad para transformar un corte humilde en una auténtica delicia culinaria. Si eres amante de los guisos y platos cocinados a fuego lento, esta receta es una joya que debes incorporar a tu repertorio culinario.

El secreto de las carrilleras de cerdo al vino tinto radica en su textura única. Este corte, proveniente de las mejillas del cerdo, se caracteriza por su ternura cuando se cocina correctamente. Al cocinarlo durante un tiempo prolongado en un líquido aromático como el vino tinto, las fibras de la carne se rompen y logran una textura melosa que prácticamente se deshace en la boca.

Además de su inigualable textura, el uso del vino tinto añade una profundidad de sabor que eleva la receta a otro nivel. No se trata solo de cocinar la carne, sino de permitir que los sabores del vino, las especias y otros ingredientes complementarios se fusionen para crear un guiso equilibrado y lleno de matices. Cada bocado es una explosión de sabores que refleja la paciencia y el cuidado que requiere este plato.

Un plato con raíces y versatilidad

Aunque las carrilleras de cerdo al vino tinto son populares en muchas regiones, su preparación puede variar ligeramente dependiendo del lugar o las preferencias del cocinero. En algunas zonas, se añaden hierbas frescas como tomillo o romero, mientras que en otras se opta por sabores más robustos como el pimentón ahumado. Este guiso es un ejemplo perfecto de cómo un plato clásico puede adaptarse y personalizarse sin perder su esencia.

Lo que hace que las carrilleras de cerdo al vino tinto sean tan especiales es su capacidad para encajar en diferentes ocasiones. Desde una cena familiar reconfortante hasta un banquete más sofisticado, este plato siempre impresiona. La clave está en el equilibrio entre ingredientes simples y técnicas de cocción que resaltan lo mejor de cada componente.

El papel del vino tinto en la receta

El vino tinto es el protagonista indiscutible de esta preparación. Su elección no solo afecta el sabor final, sino también la apariencia y el aroma del plato. Los vinos con cuerpo, como los tintos jóvenes o crianzas, aportan notas frutales y especiadas que realzan el sabor de la carne. Además, el vino actúa como un ablandador natural, ayudando a que las carrilleras adquieran esa textura tierna que las caracteriza.

Un aspecto importante a considerar es que el vino debe ser de buena calidad, ya que su sabor se concentrará durante la cocción. Cocinar con un vino que no beberías afectará negativamente el resultado final. Sin embargo, no es necesario optar por vinos extremadamente caros; un tinto de calidad media, como un Tempranillo o un Merlot, será suficiente para lograr un plato excepcional.

Técnicas de cocción: paciencia y dedicación

El proceso de cocinar carrilleras de cerdo al vino tinto no es complicado, pero sí requiere tiempo y paciencia. La cocción lenta es fundamental para permitir que la carne absorba los sabores del líquido y las especias. Ya sea en una cacerola tradicional, una olla de hierro fundido o incluso una olla lenta, el objetivo es mantener una temperatura constante y evitar que el guiso se seque.

Otro punto clave es el sellado inicial de las carrilleras. Este paso permite que los jugos naturales de la carne se conserven y aporta un sabor adicional gracias a la reacción de Maillard, que carameliza la superficie. Este pequeño detalle marca la diferencia entre un plato simplemente bueno y uno extraordinario.

Guarniciones ideales para acompañar

Elegir la guarnición adecuada para las carrilleras de cerdo al vino tinto es esencial para completar la experiencia culinaria. Tradicionalmente, este plato se sirve con puré de patatas, que actúa como una base suave y cremosa para absorber la rica salsa del guiso. Sin embargo, también puedes optar por opciones como arroz, polenta, verduras asadas o incluso un buen pan rústico para mojar en la salsa.

Para quienes buscan algo más ligero, una ensalada fresca con un aderezo cítrico puede equilibrar la intensidad del guiso, mientras que un risotto cremoso puede añadir un toque de lujo al plato. Las posibilidades son prácticamente infinitas y dependen del contexto en el que se sirva el plato.

Un plato para todas las estaciones

Aunque las carrilleras de cerdo al vino tinto suelen asociarse con el otoño e invierno debido a su carácter reconfortante, también pueden adaptarse a otras estaciones. Durante los meses más cálidos, una presentación con guarniciones ligeras y un vino tinto fresco ligeramente refrigerado puede transformar esta receta en un plato adecuado para cualquier época del año.

El impacto en el ámbito culinario

Las carrilleras de cerdo al vino tinto no solo son un placer para el paladar, sino también un ejemplo de cómo las técnicas culinarias tradicionales siguen siendo relevantes en la cocina moderna. Este plato combina lo mejor de ambos mundos: la autenticidad de los guisos clásicos y la versatilidad de las recetas que pueden adaptarse a diferentes contextos.

En los últimos años, las carrilleras han ganado popularidad en la alta cocina, apareciendo en menús de restaurantes gourmet y siendo reinterpretadas por chefs de renombre. Esto ha ayudado a que este corte de carne, antes subestimado, reciba el reconocimiento que merece.

Un plato que cuenta una historia

Más allá de sus aspectos técnicos, las carrilleras de cerdo al vino tinto tienen un componente emocional que conecta a quienes las preparan y disfrutan. Este plato invita a compartir, a sentarse alrededor de la mesa y disfrutar de una comida que, aunque sencilla en sus ingredientes, transmite el cuidado y la dedicación de quien la cocina.

Cada detalle, desde el sellado de la carne hasta el tiempo de cocción, es un recordatorio de que la buena comida no siempre se trata de técnicas complicadas, sino de respetar los ingredientes y permitir que cada uno brille en su máximo esplendor.

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